Durante el invierno, muchas personas sufren los molestos sabañones, una inflamación de la piel que genera picazón, enrojecimiento, grietas y dolor. Estas lesiones suelen aparecer en manos y pies, aunque también pueden afectar orejas y rostro. Para prevenirlos, es fundamental mantener bien hidratada la piel en las zonas más expuestas al frío.
¿Qué son los sabañones?
Los sabañones, conocidos también como perniosis o eritema pernio, son lesiones inflamatorias que aparecen debido a la exposición al frío y la humedad, seguida de un calentamiento rápido. Esta condición se debe a la inflamación de los vasos sanguíneos de la piel, que se contraen como defensa frente al frío, reduciendo el flujo sanguíneo y la oxigenación. Cuando la piel fría se calienta de golpe, los capilares se expanden rápidamente, provocando los síntomas típicos: enrojecimiento, inflamación y picazón.
Principales causas
El frío es la principal causa de los sabañones, especialmente cuando no se utilizan guantes, calzado adecuado u otras prendas que protejan del clima. Aunque no necesariamente están relacionados con problemas circulatorios, podrían ser un signo de patologías como enfermedades reumatológicas o autoinmunes. Si los sabañones van acompañados de dolor articular o cambios de color en la piel, se debe consultar a un médico para descartar problemas subyacentes.
Síntomas y zonas afectadas
Los sabañones aparecen generalmente en pequeñas áreas de la piel tras horas de exposición al frío. Sus síntomas, que pueden durar de dos a tres semanas, incluyen:
- Enrojecimiento, que puede tornarse azulado con el tiempo.
- Inflamación leve en la zona afectada.
- Picazón intensa y sensación de ardor.
- Dolor agudo en algunos casos.
- Ampollas y grietas en casos graves.
Las áreas más comunes son los dedos de manos y pies, pero también se ven afectadas orejas, nariz e incluso zonas con más grasa corporal, como glúteos o muslos.
¿Quiénes son más propensos a padecerlos?
Los grupos más vulnerables incluyen niños, adultos mayores, personas con bajo peso, fumadores y quienes tienen poca actividad física, ya que suelen presentar peor circulación sanguínea. Además, son frecuentes en pacientes con condiciones como enfermedad de Raynaud, lupus, artritis reumatoide o esclerodermia.
Tratamiento
Aunque los sabañones suelen desaparecer por sí solos, es recomendable usar cremas específicas para aliviar los síntomas:
- Cremas hidratantes y emolientes con ingredientes como urea o glicerina para prevenir la sequedad.
- Productos con componentes antiinflamatorios naturales como aloe vera o aceite de árnica.
- Cremas protectoras con ácidos grasos (omega 3 y 6) que fortalecen la barrera cutánea.
- Cremas con corticoides, bajo prescripción médica, para casos graves con ampollas. Es importante no aplicar cremas sobre heridas abiertas sin consultar previamente al médico. En situaciones más severas, podrían ser necesarios medicamentos orales.
Consejos adicionales:
- No rascar la zona afectada para evitar infecciones.
- Limpiar con antiséptico y proteger con un vendaje si es necesario.
- Mantener la piel alejada del frío y la humedad.
Prevención
Para evitar los sabañones, lo mejor es proteger la piel del frío con medidas como:
- Mantener la piel hidratada con productos libres de alcohol.
- Usar ropa adecuada (guantes, gorros, calcetines impermeables).
- Evitar cambios bruscos de temperatura y calentar las extremidades de forma gradual.
- Llevar una dieta rica en vitaminas C y E, y reducir el sedentarismo.
- Dejar de fumar para mejorar la circulación.
¿Cuándo consultar al médico?
Busca atención médica si:
- Hay signos de infección (pus, fiebre, úlceras).
- Los síntomas persisten más de tres semanas o son recurrentes.
- Se presentan sabañones acompañados de dolor articular o fatiga.
- Tienes enfermedades circulatorias o diabetes, ya que el proceso de curación puede complicarse.
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