Con la edad, el daño y esfuerzo que nuestras rodillas acumulan a través de los años se hace notar. A pesar de que la artrosis se trata de una molestia común entre las personas mayores, las quejas por dolor de rodilla se hacen cada vez más presente entre jóvenes. Entre todos los males que podemos padecer, el más común es la artrosis de rodilla.
¡Consejos para reducir el dolor de la artrosis de rodilla!¿Qué produce la artrosis de rodilla?
Pues bien, para empezar hay que entender lo que es el cartílago. Este se trata de un revestimiento que protege nuestros huesos y tiene mucha resistencia, pero como mencionamos anteriormente, con el paso del tiempo este se va deteriorando. Es precisamente el deterioro del cartílago, lo que conlleva a la artrosis de rodilla. Entre los síntomas más típicos tenemos:
- Extensiones de rodilla.
- Hinchazón.
- Deformidad progresiva.
- Daños en los meniscos y ligamentos.
Entre otros. Esta patología es más común entre personas de mayor edad (especialmente mujeres) sin embargo, aquellos con antecedentes de lesión, sobrepeso, antecedentes familiares o que se exigen demasiado, también están expuestos a la artrosis de rodilla, independientemente de la edad.
A pesar de que está demostrado que 1 de cada 10 personas padecerá de artrosis de rodilla, no es motivo para tolerar los dolores y molestias sin hacer nada al respecto o someterse a tratamientos médicos. En este sentido, queremos brindarte algunos consejos para disminuir los efectos de esta enfermedad.
Mantener la mayor movilidad y flexibilidad es muy importante. Esto se debe a que mientras más se agrava la artrosis de rodilla, menor será el movimiento que podamos hacer con ella. Para tal fin, entrenar los cuádriceps y los isquiotibiales ofrece resultados positivos. Algunas actividades diarias recomendadas para esto son:
- Extensiones de rodilla.
- La media sentadilla.
- El ciclismo.
- Caminar dentro del agua.
De esta manera, la adaptación es crucial para un cartílago en deterioro. Es decir, con el fin de protegerlo, es necesario reducir el esfuerzo de ciertas actividades o cambiarlas por otras de menos impacto, como la caminata, la piscina o la elíptica. Por consiguiente, practicar ejercicios extremos como levantamiento de pesa, salto o carrera, se vuelven perjudiciales.