La psoriasis es una enfermedad crónica de la piel para la cual aún no se ha encontrado un remedio definitivo. Se cree que el factor genético y hereditario, así como los trastornos metabólicos en el cuerpo, tienen mucho que ver con su desarrollo.
Las personas que padecen psoriasis suelen tener una piel sensible y frágil debido a las sucesivas crisis. Es fundamental tratar este tipo de piel a diario, antes, durante y después de los brotes inflamatorios temporales.
En la actualidad, existen numerosos programas de tratamiento para aliviar los desagradables síntomas de esta enfermedad, que incluyen terapia médica, fisioterapia, visitas a sanatorios y el uso de diversas cremas. Las cremas suelen ser el tratamiento de primera línea de combate, siendo eficaces en muchas ocasiones cuando la psoriasis no presenta un brote muy grande.
Las cremas hidratantes específicas para la psoriasis deben tener una formulación lo más neutra y sencilla posible para lograr el objetivo de aliviar la piel.
Algunas cremas están enriquecidas con activos queratorreductores que alisan las zonas con grosor, reblandecen las escamas y facilitan su eliminación durante los brotes en las zonas afectadas. En la piel sana circundante, es recomendable usar cremas normales.
Otras cremas contienen activos antiinflamatorios cuya función es mantener bajo control la inflamación subcutánea de la piel no afectada de los pacientes.
Utilizar una crema hidratante específica, disponible sin receta, es muy recomendable para combatir la sequedad, reforzarla, suavizar la piel, proporcionarle elasticidad, así como para minimizar el picor, calmar la irritación y retrasar la frecuencia de los brotes. Por ejemplo, puedes usar Ducray Dexyane MeD Bálsamo Emoliente, un anti-rascado que repara la barrera cutánea, nutre intensamente la piel y alivia el picor. Indicado en eczemas atópicos, de contacto o incluso crónicos en las manos. Es capaz de tratar, reparar y limitar la reaparición de brotes.
Aquí tienes algunos consejos para la correcta aplicación de este tipo de cremas:
– Se debe mantener una constancia diaria, aplicando una o varias veces al día según sea necesario.
– Cuando el brote haya surgido, alterna entre la crema hidratante y la crema con medicación recetada por el médico.
– Después de que el brote haya pasado, vuelve a la constancia diaria de cuidado de la piel con crema hidratante para reparar y reforzar la piel.
– Elige la textura que más te guste y se adapte a tus necesidades.
– Después de la ducha, es fundamental aplicar generosamente crema con un suave masaje, en el cuerpo y el rostro.
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