Recientes estudios han demostrado que la obesidad está directamente relacionada a la manera en la que acostumbramos comer, por lo que modificar esos hábitos (o rutinas) alimenticios puede verse reflejado en gran medida a la hora de perder peso. Entre otros consejos, los expertos recomiendan:
- Disminuir la velocidad con la que ingerimos la comida.
- Bajar la cantidad de refrigerios que comemos después de cenar.
- No ingerir comida dos horas previas de acostarnos.
Como mencionamos, estos son solo algunos consejos que los profesionales aseguran, brindan resultados positivos cuando el objetivo es perder peso. De hecho, los estudios demostraron cambios en la circunferencia de la cintura y una disminución en la obesidad de las personas tratadas.
El origen de estos resultados
Este estudio surge de las cifras de los seguros de salud de al menos 60 mil japoneses diabéticos que presentaron quejas y participaron en chequeos periódicos durante 6 años continuos con el objetivo de perder peso. Entre los datos presentes en cada reclamación, se apreciaban las fechas, tratamientos, peso, circunferencia de la cintura, entre otros datos que les valieron a los investigadores.
Al realizar los chequeos, las personas participantes fueron cuestionadas sobre ciertos hábitos alimenticios y de sueño. Igualmente se les cuestiono sobre vicios que pueden perjudicar directamente en el estado de su salud, como el tabaco o el alcohol. Durante dichos chequeos se hizo especial énfasis en pautas como la velocidad en la que comían, que número de veces a la semana cenaban dos horas previas a irse a dormir o tomaban algo posterior a cenar y si omitían el desayuno.
El número de chequeos realizados por los participantes durante el tiempo de investigación (6 años) se dividió de la siguiente manera:
- Un 37% se hizo solamente un chequeo.
- 30% lo hizo en 2 oportunidades.
- El 20% lo realizo 3 veces.
Los resultados obtenidos por los investigadores demostraron que aquellos que comían a una velocidad normal disfrutaban de más salud que el resto y eso se veía reflejado en un estilo de vida igualmente saludable. Transcurridos los 6 años, más de la mitad de la muestra opto por cambiar modificaron su rutina alimenticia, lo que arrojo resultados como perder peso y que la obesidad está estrechamente ligada al consumo de alcohol y tabaco.